Después de recoger a Melanie en el aeropuerto de Cancún, decidimos buscar un lugar para quedarnos en la frontera de México con Belice. No encontramos donde hospedarnos y tuvimos que pasar la noche en un estacionamiento de Wal-Mart haciendo guardia para cuidar que no nos pasara nada. A decir verdad, tengo que dar crédito de esto a Carlos ya que él fue el que se mantuvo despierto casi toda la noche, mientras Melanie dormía en el asiento trasero, yo descansaba con la cabeza puesta en el volante.
La idea de pasar la noche en Chetumal era de levantarnos a primera hora para cruzar la frontera e ir directo a Belize City, una de las ciudades más grandes del país vecino, donde tomaríamos un ferry para llegar a la isla de Caye Caulker
A pesar de la mala noche y de tener todo el cuerpo magullado, no tuvimos problemas para estar a primeras horas de la mañana en la línea fronteriza.
Una regla que pusimos desde el principio cuando estábamos planeando el viaje, era que no debíamos de viajar de noche en carreteras de Centroamérica (Regla que estuvimos forzados a desobedecer en más de una ocasión durante el viaje) ya que ninguno de los tres conocíamos bien los caminos de Belice. No era mi primera vez en esa carretera, pero si la primera en que la manejaba, la vez anterior que habia ido a Belize City lo hice en autobus.
| "El crew" en la carretera |
- ¿Se dan cuenta el tipo de música que ponen en la radio? – Le pregunté a Carlos y Melanie mientras manejaba el aveo a través de una de las carreteras principales de dos carriles que atraviesan el país. Las estaciones de radio estaban prácticamente divididas en dos, al igual que el camino: las estaciones que transmitían reggae beliceño y las estaciones que transmitían musica o mensajes cristianos. Siempre he sido fan de la música popular de los lugares que visito, creo que esta le da la sazón necesaria para poder tener la experiencia completa de conocer una cultura nueva. La música también tiene el poder de llevarnos tiempo después, de vuelta a esos lugares que visitamos, por lo que es bueno memorizarla. El reggae beliceño no es la excepción, sus notas caribeñas, mezcladas con un fuerte acento de los cantantes entre inglés y vocablos africanos, sonidos de bajos y tambores lo hace algo totalmente único. Lo que hacia que no faltara mucho para que deseara parar el coche y bajarme a bailar. Pero el género más delicioso que tiene este país para ofrecer creo que es el Soca, poca música que he escuchado es más alegre y relajada, las melodías gritan: Caribe, en cada una de sus notas.
Teníamos un poco de prisa en llegar a Belize City, no queríamos tomar el ferry tarde y que no fuéramos capaces de encontrar un lugar donde hospedarnos en la isla. De todos modos, Melanie había sido precavida y nos había registrado en internet en un hostal llamado Dirty McNasty’s (efectivamente el nombre lo hacía un lugar mucho más atractivo) Pero no queríamos arriesgarnos.
| El famoso Dirtys McNasty's y en la parte de atras el hostal donde nos hospedamos |
Un paisaje selvático adorno la mayor parte de la carretera. Algunas praderas de pasto alto aparecían de vez en cuando en el paisaje como pequeños micro ecosistemas que llamaban mucho la atención. La carretera se extendía larga como una serpiente gris gigante que ondulaba hacia el horizonte; en algunos lugares los baches nos obligaban a reducir la velocidad drásticamente, pero aparte de eso no tuvimos ningún contratiempo en el camino. Los pueblitos que adornaban el camino eran una mezcla de arquitectura inglesa (Por la fuerte influencia que tuvieron los británicos en este país) y cultura africana, estaban pintados de todos los colores imaginables, pero me llamó poderosamente la atención de que el azul era uno de los colores que mayormente predominaban. En algunos postes de luz había propaganda política, pero me di cuenta que no abundan demasiado como se suele hacer en México para provocar contaminación visual. Esto fue en el área desde Corozal hasta Belize City, pasando por Orange Walk.
En cuanto a la gente del país puedo decir que en mi opinión es la gente más feliz del mundo, son personas humildes que en su gran mayoría no tienen mucho, pero saben apreciar lo que la vida les da, al hablar con ellos uno se puede dar cuenta de lo orgullosos que están de su cultura, de su país, de ser beliceños y de que la reina de Inglaterra los visito una vez por ahí de los años 80 (Porque Belice fue una colonia inglesa) Si hablamos de razas podemos ubicar que casi un 60% por ciento de la población es afroamericana, un 15% son mestizos o indígenas, un 15% son hindús, otro 5% son asiáticos y un 5% por ciento más son gente blanca descendientes de los ingleses que llegaron a habitar esa zona. Fueron muchas las veces que tuvimos que pedir direcciones para poder llegar a Belize City por culpa de que nuestros GPS no funcionaba bien sin conexión a internet, y en cada una de esas ocasiones las personas que encontramos en nuestro camino, nos dirigieron amablemente hacia la ruta correcta que teníamos que seguir a nuestro destino.
Tardamos cerca de tres horas en llegar a Belize City. Esta ciudad es una urbe en crecimiento, pero sin mucho presupuesto para poder lograrlo, sin embargo, la gente es trabajadora y se ve afanada en lo que hace. Existen muchísimas tiendas dedicadas al comercio, la mayor parte de estas administradas por hindús. No es ningún secreto que una buena parte de la economía que mueve al país se basa en tres: el comercio de importaciones que llegan por mar y su posterior venta en la frontera mexicana con Chetumal (la cual llaman zona libre), el turismo de exploración y los casinos. Estas tres fuentes de ingreso repercuten enormemente en el paisaje y en la vida que lleva el país.
La parte de encontrar un lugar donde dejar el auto fue la primera proeza que tuvimos que lograr, al parecer todo el mundo quería dejar estacionado su auto cerca de la estación de ferris e ir a Caye Caulker o a la isla de San Pedro, esa misma isla en la que se inspiró Madonna para su canción “La isla bonita”. Después de un rato de búsqueda, decidimos dejarlo en un lote que nos recomendaron que no se veía de buena procedencia, aun así, decidimos dejarlo a la suerte, eso era parte de la aventura ¿No?
| Caye Caulker |
Mi isla bonita
El viaje en ferry se realiza en aproximadamente 45 minutos, tiempo que se antoja insuficiente para contemplar el Caribe en su esplendor. El azul turquesa de las aguas, adornado con los pequeños islotes llenos de palmeras tan altas que pareciera que intentan alcanzar un cielo casi tan azul como el mar, me hacían volar la imaginación e irme a esas historias de piratas que leía sentado en la parte trasera del auto en los largos viajes familiares cuando era niño; los colores que bailaban frente mi al ser tocados por los rayos del potente sol de Belice hacían que en mi cabeza recordara y tomará forma "la isla del tesoro" de Stevenson.
Ya con los pies puestos de nuevo en la tierra (O más bien en la arena) nos dirigimos al hostal que Melanie había elegido, era mi primera vez hospedándome en un lugar de este tipo, los nervios se mezclaban con fascinación. Nervios por todos los mitos que uno escucha sobre estos lugares, entre los cuales se encuentra que son lugares sucios, en el que todo mundo comparte el baño, que te roban tus cosas e incluso que te secuestran para robarte los órganos y venderlos como sucedió en la película de hostal. Bueno, déjenme decirle que la mayoría de estos mitos no son ciertos; si compartes baño y también tengo que decir que no son hoteles de cinco estrellas por lo que a la limpieza se refiere. Aunque se puede decir que son un excelente lugar para conocer a gente de todo el mundo y hacer amistades que quizá duren o recuerdes por el resto de tu vida. Por lo que, en resumen, quedarse en un hostal vale toda la pena del mundo.
| El paraiso de Caye Caulker |
-Ustedes tranquilos, yo les voy a enseñar cómo sobrevivir en este tipo de lugares. – Nos dijo Melanie con el tono más tranquilo del mundo, quizá adivinando nuestros pensamientos por las caras que poníamos. – He aprendido bien en los últimos años como hacerlo, en especial en China.
-Bueno, somos tuyos Mel, estamos en tus manos. – Le respondí.
-El truco está en aprovechar todas las cosas gratis que te da el hostal. -Su tono era el mismo que usaría cualquier catedrático al impartir una clase. -En especial las actividades, algunos tienen kayaks, bicicletas, paddle boats entre otras cosas, pero más importante aún, hay que aprovechar el desayuno que te dan y rellenar de agua nuestras botellas todas las veces que podamos. – El truco de rellenar agua cada vez que es gratis es súper importante para todo el que quiera empezar una vida de mochilero.
| Los kayaks, una mezcladora de cemento y una lancha junto al manglar |
Después de registrarnos, no tardamos mucho tiempo en hacer amigos, unas chicas de Israel fueron las primeras en dirigirnos la palabra, una de ellas fue la que tomo esta foto:
| Buena foto ¿No? |
Tampoco tardamos mucho tiempo en conocer a nuestras compañeras de cuarto, dos holandesas que habían estado viajando por el mundo y que ya eran veteranas. Al parecer todo el mundo ya tenía bastante experiencia viajando de esa manera con excepción de Carlos y yo, los dos únicos mexicanos. ¿Coincidencia que fuéramos los únicos que jamás habían viajado de mochileros? Pienso que no, en nuestro país tienen mucho miedo de viajar de esta manera a otros países, eso es algo de lo que me he dado cuenta en mis últimos viajes. No sabría dar una razón para justificar esto, pero definitivamente es un hecho, incluso hubo un tiempo en el que estuve saliendo con una chica francesa que me dijo. -Ustedes son exóticos.
- ¿Exóticos? ¿A qué te refieres?
-Pues no sé, - Se encogió de hombros. -no es común verlos en otros lugares a ustedes los mexicanos y cuando llegan por ejemplo a Francia, solo andan con los suyos, en vez de mezclarse con la cultura local y conocerla.
Tengo que admitir que tenía razón y que cuando estamos en otro país, solo queremos convivir con mexicanos, ¿Por qué no nos gusta salir de nuestra zona de confort? Desde que descubrí esto, me di cuenta que la manera en la que crezco más rápido es conviviendo con gente de diferentes culturas y estando fuera de mi zona de confort la mayor parte del tiempo posible.
| Aguas que hipnotizan |
Tengo una recomendación para cualquiera que visite la isla de Caye Caulker: coman Cinammon rolls (Roles de canela), casi puedo asegurar que son los mejores del mundo. La mayor parte de nuestro presupuesto destinado a la comida de la isla se fue en este delicioso pan, por lo que tuvimos que comer el resto del tiempo que estuvimos ahí Corn dogs y sopa Maruchan que aun así era una incomodidad mínima en comparación con sentir la arena blanca como talco en las plantas de los pies mientras escuchábamos un discurso del hijo de moisés, al cual presento a continuación.
| El hijo de moises, shushi y mi panza |
El hijo de moisés y sushi (Su perro) nos entretuvieron la tarde con algunas de las charlas más amenas que hayamos tenido. El hombre perteneciente a una religión proveniente de Etiopía llamada “rastafarismo” aseguraba ser el hijo de moisés, lo cual no estaba tan equivocado tomando en cuenta los preceptos de su religión en el que ellos aseguran ser judíos de piel negra debido al pasaje de Reyes en la biblia en la que se explica que la reina de Etiopía visitó al Rey David, ellos aseguran que la reina de Etiopía mantuvo relaciones sexuales con el rey David, dando origen a una raza judía de color negra. La verdad es una religión bastante interesante con unos preceptos que a mi parecer son buenos, aquí dejo una pequeña tabla que explica su filosofía.
| Filosofía y creencias rastafaris |
